Incultura periodística

El tema para el artículo de esta semana estaba seleccionado desde la anterior pero un telenoticioso me obligó a cambiarlo a último momento.

No es necesario identificar al periodista ni al canal de televisión. Baste decir que en el informativo meridiano de una de las más conocidas redes televisivas escuché una afirmación que confirmó una crítica que es cada vez más generalizada: la incultura de los periodistas.

Uno de los presentadores abrió su trabajo refiriéndose a la gesta libertaria de La Paz como “el primer grito libertario de América”. Puede ser que el informador se haya dejado llevar por la inercia de una muletilla muy común entre los periodistas de Sucre o quizás, en un exceso de regionalismo o por la equivocada interpretación de los procesos históricos, él cree que el del 16 de julio de 1809 fue, realmente, el verdadero inicio de la Guerra de la Independencia.

Muchos autores tienden a separar los procesos que derivaron en los alzamientos del 25 de Mayo y 16 de Julio de 1809. Esto se debe a que ambos tuvieron génesis e influencias diferentes. Si bien es cierto que, tras tomar el control de Chuquisaca, los alzados enviaron emisarios al resto de Charcas, los historiadores contemporáneos coinciden al señalar que en La Paz ya se había gestado un movimiento emancipador liderado por el sacerdote José Antonio Medina. Que la gesta de Chuquisaca haya precipitado la de La Paz, donde se nombró a Pedro Domingo Murillo como presidente de la “Junta Tuitiva de los Derechos del Pueblo”, es una discusión aparte.

Lo cierto es que los alzamientos de Chuquisaca y La Paz no pueden ser considerados puntos de partida de un proceso independentista que había comenzado mucho antes con levantamientos indígenas como el de José Gabriel Condorcanqui cuya influencia se advierte notoriamente en los pasquines que circulaban en La Paz desde antes de 1809. Si de “primer grito libertario” hablamos, en mayo de este año ensayé una lista preliminar de todos los alzamientos registrados entre 1545 y 1809 y no obtuve objeción alguna ni siquiera de los historiadores chuquisaqueños. Fue cuando mencioné que el “primer grito” fue la sublevación de Manko Inka Yupanki, en Cuzco, el 3 de mayo de 1536.Por ello, creo que el desliz del presentador de noticias no fue el resultado de un proceso de raciocinio motivado por el conocimiento de nuestra historia sino todo lo contrario. Y aquí es donde los bolivianos tenemos que preocuparnos porque, a diferencia de otros oficios, el periodista maneja información y esta debe ser lo más verídica posible.

Una simple mirada a nuestros telenoticiosos demuestra que los periodistas no tienen formación histórica, ni siquiera básica, pero, aun así, están encargados no sólo de informar sino también de formar al público. ¿Cómo lo harán si ellos mismos no tienen la formación suficiente? En el pasado, las personas que se dedicaban al periodismo eran las más cultas de una sociedad. Hoy en día, la formación de los periodistas está confiada no a carreras de Periodismo sino de Comunicación Social en las que la Historia es una asignatura marginal. Pues bien… he aquí los resultados.

Fuente: La Prensa, 18.7.14 por Juan José Toro, periodista

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