Incidencia para la transformación

La inescindible relación entre comunicación y política atraviesa como idea fuerza central el último libro “Conocer, transformar, comunicar” (Editora Patria Grande, 2016), de Washington Uranga, docente e investigador de la comunicación.
Se trata de un trabajo que plantea una mirada comprometida de la realidad, en la que se refuerza la tesis de que el objeto de estudio de los comunicadores no son solo los medios o los productos comunicacionales, sino también, y muy especialmente, las prácticas sociales.
El análisis se ubica en la línea de pensamiento latinoamericano de investigadores de la comunicación, que ha hecho originales aportes a la disciplina, reconocidos internacionalmente. Es desde esa perspectiva que Uranga sostiene que “la comunicación se define por la acción”.
Todas las acciones propenden al cambio, porque todas pueden leerse como una perspectiva política, “si entendemos por política al proceso social que busca articular e intereses para el buen vivir”, define.
En tiempos de incertidumbres y búsquedas permanentes de pistas que orienten y le den sentido a la labor que desarrollan los actores de las organizaciones sociales, el autor entiende que la comunicación es uno de los escenarios donde se dirime la lucha política.
Es que así como no se puede imaginar la comunicación al margen de la política, tampoco es posible pensar la política sin la incidencia permanente y sistemática de los procesos comunicacionales.
Por política, advierte Uranga, no debe entenderse sólo la actividad de los partidos orientada a la toma y al ejercicio del poder, sino que además debe ser concebida desde la perspectiva amplia de la ciudadanía, como una labor cotidiana de incidencia que busca influir en el rumbo de las políticas estatales a través de organizaciones sociales.
“Todo hecho comunicativo es político porque es expresión de una toma de posición. No hay enunciación neutra”, añade. “Conocer, transformar, comunicar” desarrolla en extenso la idea de comunicación como una actividad central en las tareas de incidencia política, entendida ésta como una acción sostenida en el tiempo con objetivo de transformación social y perspectiva de derecho que busca influir y generar discusión pública sobre un tema, como una firme decisión de incidir en los procesos sociales y de construcción ciudadana hacia la concreción de una perspectiva plena de derechos. “Por eso –señala el autor– conocer, transformar y comunicar se orienta hacia la incidencia política en busca de una sociedad basada en la igualdad de derechos”.
La incidencia procura, a través de un camino integrado por distintos niveles, darle a un problema visibilidad, instalar agenda y, finamente, participar en la definición de políticas públicas.
Las políticas públicas, sostiene el autor, “deben ser el resultado de la interacción entre el Estado y la sociedad civil. Pero esa interacción es imposible sin espacios de concertación sustentados en la comunicación”.
Si la comunicación como actividad social es imprescindible para formular políticas públicas, lo es también para su implementación.
Las organizaciones sociales deben diseñar estrategias de comunicación que estén orientadas a darles, a las políticas públicas, sustento argumental, y al mismo tiempo forjar procesos a través de los cuales las políticas públicas alcancen sus objetivos.
Dice Washington Uranga que el comunicador no puede desentrañar por si solo la compleja trama de la realidad: “Toda práctica es comunicacional, pero no solamente comunicacional. La comunicación necesita, por su objeto de estudio, construirse desde la trandisciplinariedad”.
Por eso, “Conocer, transformar, comunicar” va dirigido a comunicadores, pero también a profesionales de otras disciplinas y a militantes sociales y políticos, que, en tiempos de emergencia como los que atraviesan las organizaciones de la comunidad, requieren imperiosamente de herramientas teóricas y prácticas que tornen viable la incidencia política para la transformación.
Fuente: Página12, 7.9.16 por Marcelo Gallo, argentino periodista. Secretario de Redacción y editorialista del diario El Ancasti de Catamarca. Miembro del Centro de Comunicación Rimasay.

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