Uno de los temas más difíciles por el que se atraviesa en muchos países del mundo, es el de la libertad de prensa, derecho que es mirado con diferentes ópticas por los poderes y también por la ciudadanía el que, sin embargo, continúa siendo un escollo para las dictaduras y para las arbitrariedades.
El pasado 3 de este mes se recordó un nuevo aniversario del “Día Internacional de la Libertad de Prensa”, instituido por la Organización de las Naciones Unidas en la misma fecha en 1993, para llamar la atención sobre la necesidad de una prensa libre como elemento fundamental para el desarrollo social.
En los próximos días, en nuestro país, recordaremos también el “Día del Periodista”, que si bien implica la organización de una institución que agremia a los profesionales de los medios de comunicación, en el fondo se lo puede también unir a la libertad de prensa, un derecho que también tiene sus aristas en este tiempo y que ha ocasionado debates y declaraciones respecto a la posición de periodistas y autoridades.
La libertad de prensa es la existencia de garantías con las que los ciudadanos tienen el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado, y que todo hombre o mujer puede publicar sus ideas libremente y sin censura previa.
El problema de la libertad de prensa, además es producto de otros derechos como las libertades de pensamiento, de expresión y de conciencia, los mismos que han sido conquistados en el tiempo, después de grandes sacrificios humanos, especialmente en el tiempo inquisitorial, cuando, incluso, se vetaban libros y la misma libertad de expresión, enviándose a las hogueras textos y seres humanos, por suponer que éstos estaban en contra de la fe y, por lo tanto, ingresaban a la acusación de herejía.
Hoy los nuevos “herejes” son los medios de comunicación y los periodistas, especialmente para gobernantes que no conciben las libertades, la pluralidad ideológica y política, para lo que proyectan leyes denominadas como “mordaza” o, simplemente, se ocupan de atemorizar y amedrentar a profesionales y empresarios, con declaraciones que muchas veces van contra la dignidad de las personas o coartando la publicidad estatal.
Se ha dicho siempre que no existe democracia si no hay libertad de prensa, lo que no es concebido por algunos, que suponen que con la adhesión plena de todos los medios a un régimen, sean éstos propios o atemorizados, se controlará el pensamiento y la expresión de la ciudadanía, como si no existiesen otros medios de comunicación como las redes sociales en internet, en las que las libertades son una norma difícil de coartar, en las que también se trata de intervenir.
Celebramos el “Día de la Libertad de Prensa”, deseando que todos los ciudadanos, conciban que ese derecho, como el de expresión, es propio, por cuanto censurarlo o coartarlo no es un ataque a profesionales y dueños de medios, sino al propio pueblo, el que tiene derecho a conocer, informarse o ser orientado para la propia toma de decisiones, sin presiones de ninguna naturaleza.
Fuente: Jornada, 5.5.14, por José Manuel Loza, periodista boliviano