La presidenta de Reporteros Sin Fronteras (RsF) en España, Malén Aznárez, ha alertado de que 2014 ha sido el año en el que “se ha cruzado la línea roja” bélico-informativa con el asesinato de periodistas utilizados como “arma y propaganda”
Así lo ha señalado Aznárez en la presentación del informe anual 2014 de Libertad de Prensa elaborado por esta organización, que se ha saldado con un balance de 66 periodistas asesinados en todo el mundo, 177 periodistas encarcelados y otros trece internautas también en prisión, entre otros datos.
En concreto, la presidenta de RsF España ha recordado que este ataque a los periodistas se inició en Siria –donde ha habido 15 periodistas asesinados y otros 27 secuestrados–, con la decapitación de informadores como James Foley. Aznárez ha avisado de que esta práctica “se está imponiendo” en otros países como Iraq, Ucrania o Libia.
“Las decapitaciones y los asesinatos brutales de yihadistas están teniendo una enorme repercusión en el reporterismo de guerra. No solo se trata de un agujero negro para la información, sino que les sirve de propaganda y hace que apenas se desplacen ya a esas zonas de conflicto”, ha indicado.
Asimismo, ha reiterado que el año 2014 ha sido “especialmente malo” para internautas o blogueros (19 personas asesinadas), con un aumento también de los encarcelamientos y los exilios. Además, ha resaltado que ya no se trata únicamente de “regímenes especialmente represivos” como China, sino que también cobra relevancia en países como Arabia Saudí o Mauritania.
En el caso de las mujeres periodistas, también ha llamado la atención sobre el crecimiento “enorme” del 100% en casos de asesinatos, que se sitúan en seis. “A pesar de que este cifra no pueda parecer muy alta, hay que tener en cuenta que en estas zonas no suele haber muchas mujeres desplazadas cubriendo el conflicto”, ha explicado.
En esta misma línea, la periodista Pepa Bueno, moderadora del acto, ha lamentado “la barbarie del dolor” en este último año que, a su entender, “vuelve a poner el debate de dónde está la libertad de expresión”. “Se aprovecha la conmoción del atentado para ponerle puertas al campo”, ha aseverado.
En cuanto a España, Aznárez ha asegurado que hay una “preocupación” en la organización, “por un retroceso” en cuanto a la libertad de expresión e información. “Es verdad que no se dan los mismos casos que en los principales países de la lista, pero hay ciertos ejemplos que nos preocupan”, ha indicado.
Como ejemplos, ha puesto la conocida como Ley de Seguridad Ciudadana “que dificulta el trabajo de los fotoperiodistas en las calles”, así como la dificultad para informar sobre desahucios o en los alrededores de las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, la puesta en marcha de una Ley de Transparencia “muy limitada” o la “politización” de la televisión pública, entre otros.
En cualquier caso, a falta de hacer pública la clasificación de 2014 por países, RsF ha reconocido que la situación de España en este apartado “no está del todo mal”, teniendo en cuenta que el año anterior estaba entre los 40 primeros en libertades. “No hay que descuidarse en absoluto porque es una merma en la calidad de la información”, ha reiterado.
La responsabilidad de Google
Por otro lado, ha celebrado que en América Latina la situación vaya “un poquito mejor”, aunque insistiendo en que todavía hay varios países (Venezuela, México, Brasil o Colombia, entre otros) donde se siguen dando numerosos atentados contra los informadores.
En el acto ha estado también presente el director de políticas públicas y relaciones institucionales de Google para España y Portugal, Francisco Ruiz Antón, quien ha mostrado el rechazo de la compañía a “las amenazas y censuras en Internet”. En este sentido, ha recordado la colaboración ofrecida en casos recientes como el de ‘Charlie Hebdo’, donde apoyó económicamente a la revista, o en el ciberataque contra Sony por la película ‘The Interview’, poniendo a disposición las plataformas YouTube y Google Play para su visionado.
Además, tanto Ehsan Mehrabi, un periodista iraní huido de su país tras ser encarcelado en dos ocasiones, y Majid Al-Bunni, informador radiofónico sirio detenido y posteriormente exiliado a Alemania, quienes han contado sus experiencias.
México y Brasil, los peores lugares para ejercer el periodismo en América Latina
México y Brasil siguen, un año más, disputándose el siniestro “honor” de ser los países más mortíferos de América Latina para los periodistas, con el mayor número de informadores asesinados en 2014, seguidos de cerca por Colombia y Paraguay.
La violencia extrema, en el caso de México, junto con la impunidad en la que se mueven los asesinos, hace que en “muchas ocasiones las causas profesionales de los asesinatos tarden años en aclararse, lo que aumenta los crímenes y agresiones y hace que no coincidan las cifras de asesinatos de informadores en los balances finales”, indica el artículo.
La presidenta de la organización en España, Malén Aznárez, ha hecho hincapié en que 2014 ha sido el año en el que “se ha cruzado la línea roja” bélico-informativa con el asesinato de periodistas utilizados como “arma y propaganda” en el mundo entero.
Así lo ha señalado en la presentación del dossier, que se ha saldado con un balance de 66 periodistas asesinados en todo el mundo, 177 periodistas encarcelados y otros trece internautas también en prisión, entre otros datos.
Colombia, dónde disminuyeron considerablemente los asesinatos en relación con años anteriores, ha seguido sumando una larga lista de profesionales amenazados. “El desafío por parte del grupo criminal paramilitar Bloque Capital-Águilas Negras llegó a tal extremo, durante 2014, que los periodistas amenazados se concentraron en Bogotá para denunciar los riesgos que corren. Águilas Negras dio de plazo a periodistas y medios de comunicación hasta el 1 de enero de 2015 para que abandonaran las ciudades donde desempeñan sus actividades”, apunta el documento.
Por su parte, Paraguay se unió al ranking de los países más mortales de Latinoamérica, con tres periodistas asesinados. La alta actividad del narcotráfico en el suroeste del país, fronterizo con Brasil, ha convertido esta zona en un “creciente peligro para los reporteros que investigan la corrupción y el crimen organizado”
Además, tal y como revela la publicación, en la mayoría de los países del continente, las agresiones, encarcelamientos o multas han sido constantes. Más de 38 periodistas fueron agredidos durante la celebración del Mundial de Fútbol en Brasil.
“Las autoridades, lejos de garantizar su seguridad, iniciaron una escalada de hostilidades hacia la prensa, a quien culpó de la tensión social reinante”, manifiesta.
En Argentina, un país relativamente seguro para el ejercicio periodístico, las autoridades no dudaron en usar la fuerza o la censura para controlar la información que les resulta más incómoda, y en Nicaragua, más de sesenta periodistas “se manifestaron frente a la sede principal de la Policía Nacional, en Managua, exasperados por las repetidas agresiones de las que habían sido víctimas”.
Por otro lado, el informe de RSF advierte de que la situación de la libertad de información en Venezuela es “sumamente preocupante debido al acoso gubernamental que sufren los medios de comunicación”.
En esta línea, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela registró 231 agresiones a profesionales de la información durante las manifestaciones que se celebraron hasta el mes de junio, “de las cuales el 62 por ciento fueron cometidas por la Guardia Nacional Bolivariana”, informa el documento.
Como dato más positivo, la organización recuerda que Uruguay volvió a ser el país que sirve de modelo para la región, ya que a finales de año se aprobó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, “una ley calificada de ejemplar por el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión”.
Esta normativa, destaca, busca impulsar el pluralismo de los medios de comunicación y garantizar una distribución más equitativa y transparente de las frecuencias audiovisuales entre los diferentes medios: públicos, privados y comunitarios.
Sin embargo, Malén Aznárez ha asegurado que en América Latina la situación va “un poquito mejor”, motivo que ha celebrado aunque insistiendo en que todavía hay varios países donde se siguen dando numerosos atentados contra los informadores.
Fuentes: Europa Press y Notimérica, 10.2.15