Leila Guerriero: "El periodismo tiene por esencia ser una profesión crítica"

Leila Guerriero estuvo en Guayaquil antes, en el 2007. Entonces hizo una crónica de la regeneración urbana y de la figura “bastante discutida” de un alcalde. “Había unos problemas. Estas cosas: estás conmigo o estás contra mí, estaba todo bastante polarizado. Se lo planteé a mi editor, hice mucho reporteo previo allá (en Argentina) y concerté acá una serie de entrevistas. (Jaime) Nebot me recibió en aquel momento. Estuve tres, cuatro días acá, muy poco, me faltó ver, reportear más”.
Así recuerda la periodista argentina su fugaz paso por esta ciudad. Un paso que dejó una huella, plasmada en La Nación de Buenos Aires. Una crónica sobre la Perla, titulada ‘Guayaquil: la regenerada’. En ella escribe que esta ciudad alguna vez fue “fea, gris y peligrosa”, pero que la obra municipal la convirtió en un atractivo turístico.
Y también confronta al alcalde Nebot. Le comenta que “dicen que lo que él hace es maquillaje” y le pregunta sobre su relación con Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y actual candidato presidencial de la Argentina.
Pero ahora que Guerriero volvió a Guayaquil no lo hizo para escribir la segunda crónica sobre esta ciudad. La recorre, sí. Es una ciudad de recuerdos. Y en estos dos días que deambula por sus calles, y en especial en el centro de convenciones Simón Bolívar, lo dedica a sus lectores. Es una de los autores invitados a la Feria del Libro que concluye este sábado.
Leila Guerriero es cronista. Esas cronistas célebres que atrapan a sus lectores desde la primera línea. Y de ese oficio, de ese arte de escribir no ficción, de armar un seductor texto a punta de hechos reales, vino a dialogar con los guayaquileños.
La autora de crónicas como El rastro en los huesos y de libros como Una historia sencilla y Los suicidas del fin del mundo también se dio tiempo para atender a El Universo. Y dio su punto de vista sobre los posibles problemas que enfrentan los cronistas hoy y, más específicamente de Ecuador, manifestó convencida que el poder “regulando el periodismo es algo parecido a la tormenta perfecta”, ya que el periodismo “tiene por esencia ser una profesión crítica”. Lo dijo en referencia a la existencia de la Ley de Comunicación que controla los contenidos de los medios de comunicación.
“El tema de las calumnias y las injurias es bastante complicado. La única ley que se debería aplicar es alguna ley que controle la capacidad de daño a conciencia de un periodista”, expresó la cronista argentina.
Dijo que lo único que debería controlarse es el trabajo de una persona que utiliza el periodismo para “dañarle la vida a una persona, la dignidad, y no informar”.
“Luego, toda ley me parece que está en contra de la esencia del periodismo. El periodismo tiene por esencia ser una profesión crítica, es un oficio crítico. Tampoco quiero poner a los periodistas en el rol de que somos los santos, inocentes, porque no es así, las empresas periodísticas tienen intereses, hay periodistas puntuales que tienen intereses, hay periodistas que son deshonestos aun a sabiendas de que son deshonestos, pero a mí me parece que el poder, sobre todo el poder del Estado, regulando el periodismo es algo parecido a la tormenta perfecta”.
Fuente: El Universo.com, 17.8.15 por Robert Salazar, periodista ecuatoriano

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