“Para muestra un botón”, dice aquel popular refrán cuando se quiere denotar aquello que no resulta necesario mostrarlo o enseñarlo todo, ya que una sola muestra o un solo ejemplo puede enseñarlo o demostrarlo casi todoEl refrán viene a propósito de la inversión de 300 mil bolivianos que efectúa el Ministerio de Comunicación en una consultoría denominada: “Estudio Cuantitativo y cualitativo de percepción de los medios estatales” para contar con resultados de percepción ciudadana que le permitan contar a ese despacho “con información validada para la toma de decisiones respecto a políticas y estrategias que mejoren la calidad de los medios”.
La muestra en este caso sería lo que hacen los medios estatales en cuanto se dirigen a la opinión pública, que es por todos conocido, obstinadamente sesgada, y el “botón” resulta aquel titular propagandístico del periódico oficialista “Cambio”, que prefirió dedicarle su primera plana a la campaña de reelección presidencial de Evo Morales como presidente, mientras la generalidad de los periódicos amanecían con alentadores y entusiastas titulares acerca del fallo de la Corte Internacional de la Haya, respecto a nuestra aspiración marítima.
Todos los periódicos se referían a la expectativa que había respecto al fallo. Incluso el propio Presidente y sus ministros esperaban resultados de ello. “Bolivianos expectantes ante el fallo” (Los Tiempos), “Hay expectativa nacional por el fallo de la Haya” (La Patria, Oruro), “El fallo de la Haya se espera con optimismo” (El Deber). Todos los periódicos publicaron titulares de esa naturaleza, menos el periódico oficialista “Cambio” que prefirió dedicar su primera plana a la reelección presidencial; con el siguiente titular: “Alcaldes cruceños apoyan repostulación”, justo en la celebración de la efeméride de Santa Cruz, la región mayoritariamente opositora al régimen oficialista y cuando ese día, jueves 24, la agenda noticiosa marcaba un hito sin precedentes para la historia y aspiraciones bolivianas
Esto, no sólo denota una desviación de la atención ciudadana de ese anhelado propósito de los bolivianos, sino que muestra que la principal función periodística de ese periódico, está orientada hacia intereses particulares y privados antes que a los intereses de carácter colectivo y nacional. No es posible pensar que un periódico del Estado que se publica con recursos del erario nacional ponga mayor atención en a campaña presidencial.
Probablemente fue una chambonada de los editores, aunque también puede apelarse a la libertad de expresión; cualquier medio en función a la libertad de expresión puede publicar lo que cree que es de su interés o de interés del colectivo ciudadano.
Bajo estas actitudes, que son frecuentes en ese periódico, el Ministerio de Comunicaciones, pretende mejorar la calidad de éste y de los otros medios, como el canal 7 estatal y otro canal que ya está en el aire –ambos de alta densidad–, la Agencia Boliviana de Informaciones, ABI, y las cerca de 40, estaciones de radiodifusión.
La calidad de los medios estatales no parece ser el cuestionamiento principal, sino la forma de su administración bajo directa dependencia del Ejecutivo, que en todos aquellos países donde se rigen bajo esta forma centralista y direccionada, resultan un fracaso. Mientras no sean pluralistas y proyecten mayor credibilidad, los medios estatales no serán de atención preferente de la ciudadanía, eso es sabido en cualquier lugar donde se instalen medios estatales.
No parece ser el camino preocuparse por la “calidad”, sino por dotarle de otras formas de administración, que les permita cumplir su función a cabalidad, y no al servicio de intereses estrictamente personales y partidarios, como son desde que se fundaron esos medios.
Fuente; Los Tiempos, 1.10.15 por Jaime D`Mare, periodista