Riesgo de cierre de 450 radioemisoras

El presidente de la Asociación Boliviana de Radiodifusoras (Asbora), Raúl Novillo, ha vuelto a poner en el tapete de la discusión un tema de alta importancia. La reducción del “espectro de frecuencias” para las radioemisoras bolivianas. Según su cálculo, al menos 450 radios bolivianas podrían desaparecer. Entre ellas dos que han sido catalogadas como “enemigas” por el gobierno, Fides y ERBOL, y que figuran entre las más importantes del país.
Lo que sucede es que la ley de telecomunicaciones establece que solo el 33% de las radioemisoras bolivianas pueden ser privadas. Y como actualmente son entre el 70% y el 80% del total, deben reducirse para encajar en el 33% determinado por la ley. Por lo tanto, cree Asbora, unas 450 de ellas podrían perder sus licencias de funcionamiento.
El artículo 10 de la norma establece la distribución de frecuencias para radiodifusión: 33% para estaciones comerciales, 33% para medios del Estado, 17% para pueblos indígenas y 17% para emisoras de carácter comunitario.  Las primeras son en realidad de tipo gubernamental, no estatal. Las comunitarias e indígenas son casi siempre proclives al oficialismo. En el mundo privado es donde se encuentra más diversidad.
La ley faculta al gobierno, mediante la ATT,  administrar, autorizar y supervisar el uso de las frecuencias de radiodifusión en territorio nacional a través de un plan nacional de frecuencias, que todavía no está definido.
Haber colocado esos arbitrarios porcentajes en una ley no es parte del azar: todo parece indicar que es un elemento estratégico para acallar a los medios de comunicación que no comulgan con el gobierno. Por tanto, el gobierno, sin control de nadie, autorizará o rechazará los permisos  de acuerdo a su criterio.
Muchas de las licencias de las radios terminan entre 2016 y 2017. Las de Fides y ERBOL concluyen en octubre del próximo año y, tres meses después, en enero de 2017, la de Panamericana, otra radio boliviana de alcance nacional y alta influencia.
La norma no solo afecta a las radios sino también a los canales de TV, que se encuentran en la misma situación de inermidad y vulneración.
El actual sistema mediático boliviano está ya muy debilitado. El actual gobierno ha logrado controlar, mediante distintos mecanismos, a una buena parte de los medios. La aplicación de la ley de telecomunicaciones podría implicar el golpe de gracia contra éstos y, por tanto, contra el pluralismo democrático. El cierre de 450 radios, entre ellas algunas de alcance nacional, y otras decenas de canales  solo señalaría el empeoramiento de la salud de la democracia.
Fuente: Página siete, 5.11.15

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