Olga Lucía Lozano señala que el periodismo ahora es parte de una red más amplia y en la medida en que un medio no pueda crear sus propias redes, va a desaparecer.
Hoy el periodismo digital y en el futuro va a ser un campo de experimentación, porque el mundo cambia constantemente. Todavía no se sabe en qué va a terminar esto.
Olga Lucía Lozano es una periodista de Colombia. Se ha especializado en formar a periodistas que transitan del papel al digital o de los medios audiovisuales al digital. Para ser la abanderada del periodismo digital confiesa que ha tenido que desarrollar varios saberes. La semana anterior estuvo en La Paz, invitada por la Fundación para el Periodismo, la DW Akademie y Goethe Institut.
¿Qué se entiende por periodismo digital?
El periodismo digital sigue siendo muy experimental. Creo que estamos obligados a inventarnos. Hoy el periodismo digital y en el futuro va a ser un campo de experimentación, porque el mundo cambia constantemente. Cuando los relojes con conexión a internet se masifiquen más, va a cambiar la manera de acceder a la información y nos va a tocar volver a pensar, así como tuvimos que pasar del papel a la pantalla y de la pantalla a la minipantalla. Todavía no se sabe en qué va a terminar esto, estamos como en una conversación entre todos, tratando de crear y mirar por dónde ir, pero cada día hay un reto distinto y sobre ese reto nos toca volver a innovar para saber hacia dónde vamos a ir.
¿El futuro del papel está contra la pared?
Yo no sé si el papel va a desaparecer, no me atrevo a ser tan negativa, es posible. Tiene que ver con cómo esta generación ha cambiado, de ser una sociedad objetual a ser una sociedad más en un mundo de ideas, ya no importa tanto si tienes el libro físico sino el contenido del libro, sin importar por dónde circule, ya cada vez lo objetual pierde significado en una sociedad contemporánea.
¿Cómo se entiende al periodismo, hoy?
Creo que el periodismo no va a renunciar a sus bases fundamentales porque sería complemente contradictorio, porque la ética periodística y la militancia por la verdad es nuestro compromiso para “contar todos lo que sabemos y saber todo lo que contamos”. Creo que ése es al final nuestro compromiso y eso me parece que va a seguir intacto. No creo que haya mal o buen periodismo, hay periodismo y mal periodismo no es periodismo. Lo que hay que defender es el buen periodismo, más allá del formato en que se realice, pero siento que los géneros tradicionales todavía tienen misiones y objetivos dentro de ese gran campo de la oferta de la información.
¿Hay temores en el gremio?
El temor que tienen los periodistas que miran con cierto recelo es que estamos matando el periodismo escrito y yo no creo en eso. Hoy vemos el gran renacer del género de la crónica, después de una década, y esa posibilidad abre el internet porque es mucho más barato y más fácil de circular por la red, sin importar cuánto se escriba. Creo hay que entender eso, crear cosas nuevas, crear un universo más amplio de posibilidades y que el usuario pueda entender la información de manera distinta.
¿El periodismo digital relega los géneros?
Yo creo que el periodismo va a conservar su esencia, va a conservar muchos de sus géneros, pero se abre un camino muy interesante en la relación con los usuarios, en la relación con la realidad de la gente, que se nutre de la información periodística, yo creo que estamos un poco de espaldas. En el pasado dependíamos de estudios de sintonía. Creo que ahora el saber y tener esta comunicación directa ha permitido que en verdad el periodismo en algunos casos sea un ejercicio de conversación, donde todos construimos información con la intención de que la verdad y la transparencia sean los que guíen el destino de nuestras sociedades.
¿Cuáles son los ejes del periodismo, hoy?
Uno de los ejes es la innovación que define hoy al periodismo. Los siguientes ejes definen mirando hacia dónde vamos, con la intención de crear y experimentar después de conocer sólo fórmulas. La gente iba a la academia, aprendía una fórmula para una crónica, un reportaje (…) y creía que eso era ser periodista, y entonces terminaba usando lo más cómodo y no lo que es más útil, eficiente y efectivo para la sociedad. Hoy el periodismo se plantea de otra manera, estamos en la peor incomodidad porque nos obliga a pensar más allá de lo que hacemos, es un periodismo ciudadano, un periodismo más cerca de la ciudadanía, en que la realidad intenta tener un puente de cercanía, donde los usuarios son los pares de los periodistas, no son sus consumidores ni son sus públicos, son quienes ayudan a construir mejores noticias y también a que circule la información.
¿Qué está cambiando hoy?
Lo que está cambiando con fuerza son los modelos de circulación de contenidos, eso implica que en realidad la variable más fuerte, que son los medios y no el periodismo, está en una de sus etapas más interesantes en busca de caminos. No hay que confundir las dos cosas, la gente suele creer y vincular que si un periódico entra en crisis, también está en crisis el periodismo. No es así.
Algunos estudios dicen que lo que más rápido va a desaparecer es el periodismo y los periódicos, yo creo que están equivocados, creo que confunden a los medios con el oficio y el oficio es otra cosa.
Nunca vi tantos periodistas tratando de hacer cosas nuevas, nunca vi tanta gente interesada en aprender cosas nuevas, interesada en tener proyectos nuevos, de entender la comunicación de otra forma, ya no estar en los medios y comprender a la comunicación de otra manera.
Creo que es el momento más vital del periodismo, la última década ha generado debates profundos sobre lo que hacemos, sobre lo que somos, sobre cómo nos vemos y eso es enriquecedor; el periodismo va a salir fortalecido en la nueva versión en un mundo mucho más inclusivo.
¿Cuál es el desafío del periodismo?
El periodismo ahora es parte de una red más amplia y en la medida en que no pueda crear sus propias redes, va a desaparecer como red. Si alguien que trabaja en periodismo no puede insertarse en una red donde hay otras voces y vuelve a una estructura, donde “yo estoy aquí, te hablo de arriba y tú me escucha abajo”, está perdido. Los que están a punto de desaparecer son los medios que se niegan a hacer una red, a sumarse a las redes y a ser capaces de ver de manera horizontal.
El día que se entiendan los modelos de circulación de contenidos se empezará a pensar cuál es el modelo de negocio, mientras tanto vamos a seguir engrapados en este modelo de solo sostenimiento, tratando de no hundirnos en las dificultades del negocio. Volver a pensar realmente cómo nos financiamos, cómo nos sostenemos y al final a quién nos debemos en lo que hacemos.
Fuente: Página siete, 15.11.15 por Cándido Tancara