RSF: Clima hostil para los periodistas ambientales

Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha hecho público el informe ‘Clima hostil para los periodistas ambientales’ coincidiendo con la reunión en París de la Conferencia sobre el Cambio Climático COP 21, en el que documenta las dificultades, a menudo trágicas, para los profesionales de la información que cubren temas ambientales.
Reporteros Sin Fronteras considera que se debe prestar especial atención a los periodistas que corren grandes riesgos para investigar asuntos delicados relacionados con el medio ambiente,  reconocido ya como un importante desafío para la Humanidad.
El informe pone de relieve un constante deterioro de la situación de los periodistas ambientales, cada vez más expuestos a diversos tipos de presiones, amenazas y agresiones.
“La violencia contra los hombres y mujeres que investigan sobre el terreno, a menudo en solitario, ha alcanzado un nivel sin precedentes en 2015”, afirma el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
“En la era de la COP 21, tenemos que darnos cuenta de que la naturaleza altamente sensible de este asunto causa, con demasiada frecuencia, problemas graves para quienes tratan de sacar a la luz temas sobre contaminación y otras formas de degradación ambiental. No obstante, su meticulosa pero peligrosa labor de recopilación y difusión de información es vital si queremos conseguir que crezca la concienciación sobre los peligros que amenazan nuestro planeta”.
Desde 2010, diez periodistas ambientales han sido asesinados, según los registros de Reporteros Sin Fronteras. En los últimos cinco años, casi todos (el 90 %) de estos asesinatos han ocurrido en el sur de Asia (India) y el sudeste asiático (Camboya, Filipinas e Indonesia). Dos periodistas indios, Jagendra Singh y Sandeep Kothari, han sido asesinados este 2015.
Algunos periodistas son amenazados, atacados o encarcelados a causa de sus reportajes. Al menos seis periodistas peruanos denunciaron haber sido acosados ​​y maltratados en la primavera de 2015. En Uzbekistán, está encarcelado desde hace siete años el periodista independiente Solidzhon Abdurakhmanov. Todos estos periodistas investigaron temas ambientales espinosos como la tala ilegal, la minería o la contaminación.
Ciertos gobiernos recurren a la censura cada vez que se les acusa de los problemas ambientales. Cuando “Under The Dome”, un documental publicado en Internet que trata de la contaminación del aire en Pekín, se convirtió en viral este mes de marzo, el Partido Comunista de China se apresuró a retirarlo de las páginas web. En Ecuador, la legislación impide que los periodistas cubran la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, donde la biodiversidad está reconocida a nivel internacional. En Canadá, el gobierno ha amordazado a científicos federales para evitar que hablen con los periodistas acerca de los perjuicios de extraer petróleo de las arenas bituminosas.
Algunos periodistas ambientales informan de que han sido contactados desde empresas que participan en proyectos susceptibles de poner en peligro el medio ambiente y que dichas compañías recurren a cualquier método para intentar mejorar su imagen. En República Democrática del Congo, hay periodistas que afirman haber sido tentados, con la intención de comprar su silencio, por una empresa británica con una concesión para explorar petróleo en el Parque Nacional de Virunga. Al periodista canadiense Stephen Leahy, una empresa minera canadiense le ofreció dinero a cambio de que dejara de investigar sus actividades.
En respuesta a todos esos obstáculos, prolifera el asociacionismo entre los periodistas de información ambiental. Su primer objetivo es mejorar la calidad de sus informaciones, pero también tener la oportunidad de colaborar y estar mejor equipados y protegidos cuando se aventuran sobre el terreno.
Fuente: Periodistas en español, 26.11.15

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