El patrimonio del periodismo

A Nelfi Fernández la recuerdo sentada por horas en su escritorio de la Redacción, con la mirada en la computadora y después contándome emocionada que El patrimonio del gabinete de Evo Morales ya iba tomando cuerpo. Lo que ella tenía entre manos era el desarrollo del primer ejemplar de periodismo de datos de EL DEBER, esa especialidad que es el último grito de moda a nivel del periodismo mundial, cuya noble labor es fomentar la transparencia de datos en la gestión pública.
Nelfi y su equipo de profesionales –el desarrollador Williams Chorolque y la diseñadora Elizabeth Aróstegui– iniciaron la investigación de manera silenciosa a principios de junio de 2015 bajo la guía de la argentina Sandra Crucianelli, la reconocida periodista de datos que está poniendo su sello en aquellos medios y periodistas que se atreven a seguir el rastro al dinero público y a fortalecer la democracia.
En aquella época, Nelfi ya sabía que les esperaban jornadas intensas y de desvelos incontables, hurgando documentos oficiales cuyo resultado, ahora lo sabemos, es una potente base de información con 1.032 documentos de declaraciones juradas del primer mandatario del país, Evo Morales, del vicepresidente Álvaro García Linera y de los 97 ministros que pasaron por el gabinete durante una década. Toda esa información está disponible de forma didáctica en el portal de EL DEBER DATA, la flamante sección de periodismo de datos del Diario Mayor.
Desde esa nueva casa virtual, el lector puede ahora echar el ojo a los datos que le informarán sobre el termómetro de la billetera de los que gobiernan este país y de otros temas que, ya lo verá, sorprenderán el rato menos pensado.
No es un paso cualquiera de EL DEBER. Este primer trabajo es un hito con el que constataremos que en enero de 2016 se demostró al mejor nivel una herramienta que acompañará futuras investigaciones de un periodismo que no se conforma con declaraciones verbales y oficiales, sino que escarba en aquellos lugares donde la información muestra otras realidades que valen la pena ser sacadas a la luz, porque detrás de cada dato frío puede existir una gran investigación
Fuente: El Deber, 25.1.16 por Roberto Navia, periodista boliviano

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