Al cumplirse hoy el Día Mundial de la Libertad de la Prensa, los periodistas de América Latina reciben este día con claroscuros en su cotidiano deber de informar con claridad e imparcialidad a la sociedad.
La semana pasada, Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó la edición 2016 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. “La evolución global muestra un clima de miedo generalizado y de tensiones, que se suma a una creciente influencia de los Estados y de los intereses privados en las redacciones”, sostiene la investigación.
Según el informe de RSF, la situación de la libertad de prensa se deterioró en 2015 en el continente americano. Se explica por las crecientes tensiones políticas en numerosos países, alimentadas por la recesión económica, la incertidumbre sobre el futuro y los repliegues comunitarios.
Los principales obstáculos a la libertad de prensa constituyen la violencia institucional como se registra en Venezuela (puesto 139) y Ecuador (109) y el crimen organizado en Honduras (137), así como la impunidad en Colombia (134), la corrupción en Brasil (104), la concentración de medios de comunicación en Argentina (54) y la vigilancia en Internet, en Estados Unidos (41).
El informe pone a México, Colombia y la mayoría de los países de Centroamérica como aquellos que padecen los estragos del crimen organizado: cárteles, grupos paramilitares y narcotraficantes. El trabajo de investigación es peligroso en estos países –en ocasiones, incluso imposible–, frente a la determinación y el grado de violencia que se alcanza, que va hasta las decapitaciones. México (149) está marcado por una serie de asesinatos de periodistas, crímenes relacionados con la corrupción y el narcotráfico.
Control a medios
En los últimos años América Latina está experimentando un fenómeno que va “in crescendo” que atenta a la libertad de expresión y el ejercicio de un periodismo libre: es frecuente que las autoridades ejerzan cierto control sobre los medios de comunicación.
En Panamá (91), que pierde ocho posiciones, el acceso a la información sigue parcialmente bajo el control del Estado.
La cobertura de temas delicados, como la corrupción, da lugar a procesos legales por difamación. Los países en los que la situación de la libertad de prensa se encuentra en peor estado siguen siendo Venezuela (139), donde la prensa de la oposición y los medios de comunicación independientes intentan subsistir frente a las intimidaciones y maniobras del presidente Nicolás Maduro, y Cuba (171), donde el Estado dirigido por el presidente de Raúl Castro sigue controlando casi por completo la información.
El podio Según RSF, Costa Rica (6) sigue a la cabeza de la Clasificación de la región, e incluso se encuentra en el grupo de los 10 primeros países a escala mundial. Con una legislación muy favorable para la prensa y un verdadero reconocimiento de la profesión periodística, es el único país de Centroamérica que no padece altos índices de corrupción y las consecuencias que estos generan en el acceso a la información. Jamaica (10) y Canadá (18) completan el podio, incluso a pesar de que este último pierde 10 puestos.
La libertad de prensa sufrió mucho en Canadá a finales del mandato del primer ministro Stephen Harper. Descenso El mayor descenso en la Clasificación corresponde este año a El Salvador, que pierde 13 posiciones (58).
En este pequeño país centroamericano, corroído por la violencia de los cárteles y las pandillas, la situación de la libertad de prensa no ha dejado de deteriorarse desde 2014, cuando ascendió al poder Salvador Sánchez Cerén, quien por cierto acusó a los medios de comunicación de participar en una “campaña de terror psicológico” contra su Gobierno.
Tres países del Norte de Europa se sitúan a la cabeza de la Clasificación: Finlandia (en primer lugar desde 2010), los Países Bajos (2 que gana 2 posiciones) y Noruega (3, que baja un puesto).
España baja una posición respecto de 2015 y ocupa en 2016 el puesto 34, un descenso leve si se tiene en cuenta que durante el año pasado se dieron cambios legislativos ampliamente denunciados por la Sección Española de RSF, que los consideró un revés para las libertades: la Ley de Seguridad Ciudadana o “Ley Mordaza”, la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que amparaba la justicia universal.
MUCHA PRESIÓN EN BOLIVIA
En Bolivia los medios de comunicación tienen un fuerte incentivo para evitar hacer comentarios negativos del Gobierno o del presidente Evo Morales, en el poder desde 2006, sostiene RSF. En virtud del Decreto Supremo 181 (aprobado en 2009), la publicidad oficial no se otorga a los medios de comunicación que “mienten”, “hacen política” u “ofenden” al Gobierno.
El Gobierno anunció el pasado año que los medios de comunicación que lleven a cabo una labor “política” (sic) se verán privados de recursos financieros ligados a la publicidad gubernamental. Al respecto, la presidenta de la Asociación de Periodistas de Cochabamba, Elizabeth Paravicini, indicó que el ejercicio de una prensa libre es una decisión esencialmente individual que se integra a la línea editorial de los medios.
Sostuvo que en Bolivia, la libertad de expresión protegida por la Constitución Política del Estado no está coartada de modo explícito, salvo cuando algún alto funcionario de Estado se siente aludido u ofendido y se queja públicamente de tal o cual publicación, medio o, incluso, del periodista con nombre y apellido. “En cuanto a los actores del proceso periodístico interno, en los medios, no tenemos reportes de censura directa ni a información ni a puntos de vista por parte de sus ejecutivos. Pero sí tenemos una clara percepción en cuanto a la ‘prudencia’, ‘sentido común’ por decir de manera suave, la decisión de autocensura del propio periodista para no meterse en profundidades que le puedan complicar la vida’”, indicó.
Paravicini también dijo que se percibe que un importante grupo de periodistas que salió de los medios, pasa con facilidad a las filas de las Unidades de Comunicación de instituciones del Estado, trabajando en periodismo institucional pero, salvo honrosas excepciones, con una clara “camiseta del partido de gobierno” que se refleja en los boletines informativos que genera o en sus posiciones expresadas en las redes sociales. “No faltan quien sale herido de las instituciones del Estado y pretende convertirse en un paladín de la denuncia a través del medio de comunicación que lo contrata o de manera independiente, advirtió.
CLASIFICACIÓN
Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó la edición 2016 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. La evolución global muestra un clima de miedo generalizado y de tensiones, que se suma a una creciente influencia de los Estados y de los intereses privados en las redacciones.
El informe revela la intensidad de las acometidas de los Estados, de ciertas ideologías y de intereses privados contra la libertad y la independencia del periodismo.
Europa (19,8 puntos) sigue siendo la zona en la que los medios de comunicación cuentan con mayor libertad, seguida por África (36,9) que, hecho inédito, pasa por delante de América Latina (37,1), debido a que ésta se encuentra sumergida en una creciente violencia contra los periodistas.
Siguen las zonas de Asia (43,8), Europa del Este y Asia Central (48,4). Al final está Oriente Medio y el Norte de África (50,8), región del mundo donde los periodistas enfrentan más vicisitudes y de todo tipo.
Fuente: Los Tiempos, 3.5.16